Botados del poder y votados al poder
Por Nadia Celebic
2024 es el año de las elecciones, más de 70 países tienen o tuvieron procesos electorales, definiendo el rumbo de su nación, se estima que 2 mil millones de personas ejerzan su “derecho”. Han habido victorias contundentes, derrotas lastimosas, resultados esperados, conteos dudosos, y mucha mucha corrupción en los procesos, en algunos mucho más evidente que en otros. Poniendo a la democracia dentro de dos grandes signos de interrogación.
Hasta ahora, hemos visto de todo, gritos de desesperación, protestas, incipientes guerras civiles, segundas vueltas, y mucho mucho hartazgo y decepción de los candidatos que prometen soluciones, pero terminan generando nuevos problemas.
Tal vez una de las excepciones sea Bukele, que tras una exitosa cruzada contra los maras ha logrado significativamente reducir los índices delictivos y la violencia de sus país, convirtiéndose en uno de los presidentes más populares de los últimos años; ante la promesa cumplida de campaña, es decir, ante el regreso de la paz, pues una nación sumida en el crimen organizado, ahorcada por las extorsiones y la muerte, respira finalmente, logrando pasar del país más inseguro, al segundo país más seguro de América, un caso digno de estudio para toda Latinoamérica que lucha contra el narcotráfico. -Tomen nota líderes- El pueblo de El Salvador eligió una posible dictadura a cambio de la democracia (ya se verá en un futuro cuántos mandatos más piensa ocupar el joven presidente). Y es que hasta ahora la alternancia de poder no habia traído buenos resultados.
Hablando de dictaduras, en Rusia, sorpresa sorpresa, Putin volvió a ser elegido como presidente, la oposición enfrentó persecución y al principal opositor, Alexei Navalny, le dieron cuello, bueno según reportes oficiales murió envenenado en la cárcel que estaba en el ártico. Las críticas sobre el régimen autoritario de Vladimir han sido reemplazadas por la tensión de la guerra contra Ucrania, que afecta a los intereses propios de los países de la OTAN, y por los conflictos internos de las otras naciones que están enfrentando su buena parte de movimientos de resistencia.
México, quien a ojos de muchos está viviendo un incipiente Maximato, o bien, un obradorato, al puro estilo de Plutarco Elías Calles, donde el presidente colocó a su fiel sucesora que asegurará la continuación de sus proyectos. Se llevó a cabo una de las elecciones con resultados más contundentes, pero uno de los procesos con mayor interferencia gubernamental, y lo más vergonzoso fue ver la putridez de la oposición, que abandonó a su candidata, a los ciudadanos y a México, pues los dirigentes aseguraron su poder con una plurinominal, dejando en claro que en ésta, nuestra querida patria, quien se mete a la política, lo hace para beneficio propio, siendo muy pocas las excepciones, y la mayoría de esas excepciones, son silenciadas con un plomazo en la cabeza, como se vio con la violencia electoral en este proceso.
Francia y Reino Unido (en protestas pro y anti islámicas) decidieron apoyar la migración, dándole la espalda a los intereses de sus ciudadanos, y como buenos ex imperialistas, redimirse y seguir con las tendencias de izquierda que abren los brazos a las olas de migración que inundan los territorios francos e ingleses. Las políticas europeas han generado 2 grandes bandos, uno preocupado por lo políticamente correcto, por la guerra en medio oriente y por la solidaridad internacional, y el otro más conservador que busca mantener la identidad, la cultura y la seguridad nacional.
Venezuela, la última de las elecciones que ahorita están en boca de todos, está al borde de una guerra civil, Maduro robo las elecciones y tomó nota de la DINA chilena, poniendo un blanco en sus opositores, tanto políticos como civiles, persiguiendo hasta quien tuitea en su contra. Si las cosas iban mal, hoy por hoy están peor que nunca, los venezolanos están incomunicados, aislados, hambrientos y perseguidos. La lucha está en pie y tristemente la sangre sigue corriendo. La comunidad internacional desconoce los resultados, los gobiernos y simpatizantes de izquierda callan, y Nicolas Maduro está más ensañado que nunca contra su pueblo.
La desconfianza hacia la clase política marca una tendencia cada vez más notoria. Una desconfianza que no discrimina a las distintas ideologías políticas que mantienen el poder o están apenas llegando a este. El desprestigio es unánime, no sólo hacia los gobernantes, sino hacia el sistema en sí, pues las cosas no están funcionando.
La esperanza que queda reside en los ciudadanos, en formar tejido social, pues como dijo Hobbes el estado es una manifestación virtual del hombre, así que un pueblo solidario, consciente, comprometido, honesto va a impulsar la formulación de un gobierno solidario, consciente, comprometido, honesto. En votar no por el beneficio propio, sino por el bienestar colectivo, que en amplia escala es también beneficio propio. Y en dejar de esperar que los gobiernos resuelvan todo lo que está mal, sino se empieza por uno mismo, las cosas no van a cambiar.
Y estoy segura de algo que dijo Molotov, “si le das más poder al poder, más duro te van a venir a…” bueno sino sabes qué sigue te hace falta barrio.