POR: Mario Alberto Macías Palma 

Noo, pues si recibo diamantes de Daniel Swarovski, pues hasta yo le doy la Mesa Directiva. 

La gobernadora Lorena Cuellar Cisneros recibió esta navidad una pieza de la joyería que fundó el legendario tallador de cristales, piedras y diamantes. 

Seguro que muchos regalos navideños recibió, pero más son los que quieren quedar bien con la mandataria. 

Más grandes y tal vez más costosos obsequios arribaron a su despacho de Palacio de Gobierno de agradecidos y admiradores; otros, seguramente los de mayor confianza lo hicieron llegar a su residencia de Casa de Gobierno, los menos lo llevaron personalmente a su hogar en Santa Elena. 

Pero los pocos, muy pocos, fuera de la familia, se lo dieron con abrazo y toda la cosa, en su rancho, allá en el estado de Morelos donde pasa las navidades y donde hasta se le juntan “el Ruso” y “el Balles…”. 

Pero se trata de la fineza y el buen gusto. De saber vivir la buena vida, de <La Vie en Rose>… Del detalle, chingá. 

De eso se trata, de la caballerosidad, de conocer el arte de halagar, y más aún a una mujer de cuna de seda. Y si se tiene pecunio, pues que más da.  

Además, si conviene políticamente hablando, pues con mayor razón se regalan diamantes. Que tal si consigues la Mesa Directiva del Poder Legislativo aunque seas minoría y hayas llegado por la vía plurinominal… por tercera vez. 

Por eso ni quien juzgue mal al Payo, tiene con qué y puede regalarle a una gobernadora un diamantote. Ya para el marido algo de Hermenegildo Zegna, no le aunque. 

Mi Gilbert, te la volaste y quien dijera que la gober -nada malagradecida- mostrara su reciprocidad dando línea a sus diputados para que te dieran la representación oficial del Poder Legislativo. 

Se confirma la máxima: ¡un diamante! irremediablemente conquista a una mujer. 

Con unos kilates extras, hasta cambia a Marcelita y le da la Junta de Coordinación y Concertación. 

Bueno, entre Lord Swarosvki y Lady Tupperware, si que hay clases.  

Esgrima… 

TEMPORADA DE ZOPILOTES 

Esta es una de las frases acuñadas este sexenio por el picaresco presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sin embargo es una actitud constante en la política mexicana… de hecho en todo el mundo. 

Ayer, se supone, reapareció públicamente la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuellar Cisneros, luego de más de 35 días de no hacerlo, lo cual es inusual en un personaje público de esa envergadura, ausencia acentuada por la dinámica que traía en su forma personal de gobernar. 

Haber desaparecido más de un mes, desató la especulación en los círculos políticos sobre el estado de salud de la gobernadora, y sobre sus posibilidades y/o vialidad de seguir al frente del gobierno del estado, ya que ausentarse tal lapso ya adquiere tintes legales, incluso cons-titu-cio-nales. 

Antes que nada se debe aclarar de parte de quien esto escribe, sinceramente no se le desea la enfermedad a absolutamente nadie, menos el desenlace natural de la vida, pero son cosas que pasan, que nos pasará a todos, ya sea por la enfermedad o por la tragedia. Véase Puebla que ya lleva 4 gobernadores en un solo sexenio. 

Por eso no fueron pocos los que en Tlaxcala comenzaron a proyectar una ausencia definitiva de la titular del Poder Ejecutivo local, y que si la Constitución habla de que se pasó de tiempo fuera del estado, que sí empezaron a estudiar la ley ante una falta terminante, que si su salud es un asunto público, incluso de Estado. 

Pero también comenzaron algunos a volar sobre quien pudiera sustituir a la gobernadora: que si un diputado o diputada local, que si alguien del Congreso de la Unión, que si algún morenista, expriista o panista, vaya hasta nombres se barajaron. 

La ley dice que la Legislatura en colegiado debe designar, y puede ser cualquiera eh, con derechos político-electorales a salvo, hasta usted o yo, si así lo quieren los diputados. 

Exgobernadora y exgobernadores están impedidos. Entonces ¿quiénes? Por eso se habló de Rubén Terán; de Marcela González Castillo; de Sergio González; que la hermana Mónica, las hijas María Fernanda o Mariana; que Dulce Silva; que sí Anabell o las soñadoras Adriana Dávila o Minerva o Serafín Ortiz; hasta la magistrada Mari Cruz Cortes podría. 

Pero ya en serio, mucho peso tendría la presidencia de la República y la candidata del partido gobernante, como en Puebla que el grupo de Claudia Sheinbaum madrugó con Sergio Salomón, por eso yo digo que la línea sería: Ana Lilia Rivera, y si hay mucha resistencia de la clase política, un conciliador como el diputado federal Alejandro Aguilar. 

Eso sí, quien fuera, lo primero que haría es correr al deudor secretario, porque los tlaxcalteca no están contentos con la decisión de la mandataria. 

No tengo porque dudar del videoboletín oficial, pero si hay algo que observar, es una falta de entusiasmo, vivacidad y energía, como es Lorena de extrovertida sabemos que es intensa, temperamental, se habla y rumora de su vigor, de sus bríos personales, no vistos en su reaparición. 

La salud de Cuéllar es un chisme que pasó de especulación a ser rumor, pero se mientras, se quedaron con las ganas los zopilotes. 

Machetazo… 

SENADORA PRIISTA

Que cosas, la ganona del río revuelto en la oposición nacional y local, es ahora Anabell Ávalos Zempoaltecatl, quien va a ser, sí o sí, senadora, algo que no va a caer bien en la más votada. 

Resulta que en la repartición nacional, que gracias a Marko Cortés ya vimos cómo, el PRIANRD decidió que en Tlaxcala la primera fórmula al Senado es para el PRI y la candidatura es para mujer, y como Morena ganará, la lucha es por la primera minoría. 

A pesar de que la elección anterior de la misma coalisión fue para el PAN y mujer, por eso Minerva Hernández es senadora, ahora debería ser para el PRI y ser hombre, Marianito González Aguirre, sería natural, o Manuel Cambrón si se la dejarán al PRD. 

Pero no. El PRI con Anabell se agandallaron y ganarán perdiendo, por lo que el PRD sigue en su intento de dejar la alianza en lo federal e ir juntos solo en la presidencial con Xochitl. Sólo, Cambrón y el PRD, podría frustrar el plan de la cuasi senadora priista.